Libertinaje...
He regresado de mi viaje de libertinaje en Ixtapa Zihuatanejo. Comencé a escribir esto como una crónica sólo para darme cuenta que el tiempo se ha vuelto una masa de caras, risas, vasos, sonidos, los cuales no tienen ninguna conexión en el tiempo. Pero si pudiera repetir el viaje lo haría sin pensarlo dos veces. ¡Demonios, que bueno es el libertinaje! tal vez lo necesitaba por el tiempo que había intentado controlar a mis impulsos, en verdad somos salvajes y unos animales. Si no dejaramos salir a ese animal no podríamos entendernos como persona, en una unidad, hay veces que encontramos las respuestas en el fondo del vaso.
Aunque yo tome la última frase de una forma literal, es mejor que lo haya hecho ahora. Todos nos vamos a arrepentir por algo que hacemos o no hacemos entonces que más da. Pero si hay que estar concientes de nuestra fatalidad mejor hacer lo que nos venga en gana, además desde que somos concebidos ya todo lo va para abajo, comienzas a morir.
Necesitamos silencio y una luz agradable a nuestra retina. Aquel rincón ignoto que no se puede imaginar pero que sabemos que existe o queremos creer que existe.
